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No hay Ninguna Prueba de que Juan Pablo II Haya Protegido a Maciel: Alazraki

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La periodista Valentina Alazraki, quien tiene prácticamente toda su vida profesional cubriendo la fuente de El Vaticano para Televisa, fue una de las reporteras más cercanas a Juan Pablo II y ha escrito varios libros sobre él y los milagros que lo llevaron a ser santo, asegura que “no hay ninguna prueba de que haya protegido a Marcial Maciel en su pederastia”.

Durante su visita a Aguascalientes para impartir una conferencia a estudiantes de la Universidad Panamericana Campus Bonaterra, la corresponsal afirmó a pregunta expresa de www.noticiags.com que era tal la manera que tenía Maciel de convencer a todos, que “cuando se presentaron las primeras denuncias en los 90, nadie le creyó, de hecho hubo Legionarios (de Cristo) que me aseguraron que Maciel le juró a Juan Pablo II que todo era mentira y que era una persecución a la Iglesia”.

Sin embargo reconoció que todo este escándalo, cuando estalló y que fue cuando ya Juan Pablo II estaba al borde de la muerte, él ya no pudo hacer nada, pero sí alcanzó a hacer que se investigaran los casos de pederastia en Estados Unidos, que fue donde primero se dieron a conocer y fue muy claro al decir que en estos casos “había tolerancia cero”.

Expresó que desafortunadamente las primeras denuncias contra Maciel se dieron a conocer primero en la prensa y luego se mandaron a El Vaticano, “sin embargo esas cartas de denuncia nunca llegaron al escritorio de Juan Pablo II”.

Señaló que fue el cardenal Ratzinger, luego el Papa Benedicto XVI a quien le tocó todo el escándalo, sin embargo él, días antes de fallecer su antecesor, tuvo la oportunidad de hacer de su conocimiento lo que estaba pasando.

Aunque dice que no le consta que Maciel haya dado dinero o automóviles de lujo a personajes de El Vaticano, “obviamente en casos como este, en donde tenía tanto poder, tuvo que haber corrupción”.

Valentina Alazraki reconoció que este escándalo le hizo mucho daño a la Iglesia Católica no sólo en México, “sino en todo el mundo”.

Reconoció haber sentido una conexión especial con Juan Pablo II por los años que cubrió todas sus actividades, «pero sobre todo porque él veía en mí a México, sentía que a donde quiera que yo andaban con él, eran los mexicanos los que lo acompañaban».

Todo esto no fue posible que se diera con Benedicto XVI, porque es un gran teólogo, pero es alguien muy práctico y no expresa fácilmente sus emociones, sin embargo “fue un gran gesto de humildad el que haya abdicado y reconocido que no podía con la Iglesia porque la Plaza de San Pedro estaba semivacía, cada vez se perdían más fieles, los escándalos, fue algo muy bueno de su parte”.

Del Papa Francisco dice que por ser Latinoamericano tiene ese carisma de cercanía con la gente, pero que también ha expresado que si llega el momento en que no pueda con el Trono de San Pedro, también abdicará “y será muy raro ver a dos Papas pasear por los jardines del Vaticano”.

La periodista señaló que lo que más le impresionó de Juan Pablo II y que le dio muestras de su santidad fue que aún cuando ya estaba muy enfermo, casi sin poder hablar, con llagas y en silla de ruedas, fue a “Lourdes, un lugar mariano a donde acuden muchas personas enfermas a bañarse en el agua porque tienen la creencia de que sanarán, y él, que estaba más enfermo que los que estaban ahí, les daba fortaleza, así me lo expresaron”.

También contó que tres días antes de morir, Juan Pablo II estaba en su cama, agonizante, sin poder hablar y con cánulas en la tráquea y para alimentarlo, además de oxígeno y como era miércoles que es el día de audiencia papal, había miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro y había un grupo de mexicanos que comenzaron a cantar, el murmullo le llegó a Juan Pablo II e hizo el esfuerzo de levantarse, “lo vistieron de Papa y salió al balcón, sin poder hablar e hizo con su mano un intento de dar la bendición, todos sabíamos, hasta él, que era la última vez que lo verían. Eso habla de alguien muy grande, que ve el dolor como algo dignificante y siempre expresó que si Cristo no se bajó de la cruz, él tampoco lo haría”.

Alazraki señaló que a raíz de la muerte de Juan Pablo II se hizo tradición la peregrinación a su tumba, algo que nunca se había visto y aún antes de beatificarlo, la gente ya lo veía como santo y le hablaban como a un amigo y que hay miles de milagros que ha hecho a parejas estériles para que tengan hijos y “todos esos niños se llaman Juan Pablo, Karol o Karola”.