Un grupo de aproximadamente 10 personas se plantaron en la Plaza de la Patria para exigir justicia y que el gobernador Martín Orozco se manifieste sobre las aproximadamente 154 aguascalentenses que se encuentran desaparecidos, algunos por años, otros por meses, pero de ninguno se tiene pista alguna y están hartos de que en la Fiscalía siempre les salgan con los mismo, muy amable, eso sí, pero cuanta vez van reciben un: «estamos trabajando, tenemos línea de investigación».
Entre los valientes que sí dan la cara y no se cansan, ni se cansarán de buscar a sus familiares se encuentran los de aquellos trabajadores de la construcción del «Maverick» de quienes no se ha vuelto a saber nada desde su desaparición el 24 de abril de 2007, a pesar de los cambios e idas y venidas de titular en la Fiscalía.
Así como de otros que cuando desaparecen no se siguen los protocolos que debe de ser para iniciar la búsqueda de inmediato, ya que pueden pasar meses antes de que haya alguna pista o los encuentren… muertos, como ocurrió con Fernando Saúl Hernández, quien desapareció el 29 de octubre de 2016 y encontraron su osamenta el 26 de noviembre del mismo año, pero no los policías investigadores, sino unos niños que andaban por el cerro de Loretito.
«Siempre que íbamos a la Fiscalía -dice el padre del muchacho-, nos decían dos señoritas que eran las que supuestamente estaban a cargo del caso que lo andaban buscando en el cerro, pero parecía que iban más al salón de belleza que a trabajar, de lo arregladas que andaban; no creo que lo buscaran. Si no hubiera sido por esos niños que dieron con su osamenta no sabríamos nada de mi hijo. Por cierto, nos entregaron un ataúd sellado, ya no lo pudimos ver. Le aseguro que si se pierde el hijo del gobernador «así» (truena los dedos) lo encuentran, pero como nosotros para ellos no somos nadie, nos tienen así. Exigimos justicia, porque son personas desaparecidas no estadísticas».
Otra mujer también hizo uso de la voz para decir que pide a la población que no se estigmatice cuando se denuncia la desaparición de un adolescente o un joven, sea del sexo que sea, porque «luego dicen que se fue por problemas familiares y eso mismo argumenta la Fiscalía y no, el protocolo es que debe de habar una carpeta de investigación y hacer lo conducente para encontrar a la persona y lo que pasó. Todos los MP’s, no solo de Aguascalientes, de todo el país, no saben aplicar los protocolos de búsqueda en un tema tan sensible como es el de personas desaparecidas que, en México son 30 mil, y eso sin contar a los migrantes, que no están en las estadísticas porque no hay denuncia».
La mayoría de las familias buscan a sus familiares desaparecidos en soledad, sin ayuda de la policía, ni de las Asociaciones Civiles, ni de nadie porque primero tienen miedo «a ser estigmatizados y también porque nadie les hace caso».
Al final habló el hermano de Marco Antonio de la Torre Ramos, de 46 años de edad, quien se encuentra desaparecido desde el pasado 23 de abril.
Marco viajaba en una camioneta de una empresa de vinos y licores y su familia pidió desde el momento que se denunció su desaparición que se buscara en cámaras de videovigilancia y pasaron tres meses con varios días para que les dijeran que «no había grabación alguna», cosa que se pudo haber investigado en «dos o tres días».
El hombre viajaba a bordo de una marca Ford Courier, en color blanco con placas AC-0970-A del estado, la cual está rotulada en ambos costados con el logotipo de una empresa de venta de vinos y licores. Dicha unidad fue localizada abandonada en la calle Acta de Independencia y cruce con Campana de la Libertad, en el fraccionamiento Libertad.
El hermano de Marco relató que fue hasta 17 días después de su desaparición que las autoridades le llamaron para preguntarle si había algún movimiento registrado en las tarjetas de crédito, después de su desaparición.
«Con ese tiempo, si hubiera habido algo, quienes lo hubieran hecho ya podrían estar en Japón. He buscado en Internet y me he dado cuenta que no saben aplicar los protocolos para buscar con la rapidez necesaria a las personas desaparecidas».
El familiar de Marco dice que nadie se ha comunicado con la familia para pedir rescate, dar algún dato, «nada de nada».
«Lo único que queremos es justicia pronta y expedita, como lo dice la Constitución, esa que debe existir para todos los mexicanos».
El hermano de Marco mantiene la esperanza de que su hermano aparezca y por eso da sus señas particulares: tiene cabello rizado y largo, mide aproximadamente 1.66 metros de estatura, es de complexión robusta, tez moreno clara, cicatriz de operación de la vesícula biliar y un dedo de la mano derecha hacia atrás por un accidente que tuvo de niño.