Es una problemática sensible que padecieron cientos de familias en Aguascalientes del 2010 a 2015, que fue gobernando por un personaje que o quisiera ni decir su nombre, pero para información de las personas que no son de Aguascalientes y que nos leen en otras partes de México y el extranjero, se llama Carlos Lozano de la Torre y hubo cientos y cientos de personas torturadas. En lo personal es difícil de creer que esta persona no se hubiera dado cuenta de lo que acontecía con la gente, con el pueblo, ese que en base a la Constitución juró defender siendo garante de la legalidad por ser la máxima autoridad en el estado.
Se me hace imposible debido a que las actitudes que siempre tuvo para aplicar el poder de la forma en que lo hizo: De manera cínica y prepotente. Se demostró siempre en diferentes situaciones como ya lo había dicho antes, como si fuese un virrey. Su guardia personal estaba compuesta por mucho guaruras e integrada por elementos de vialidad y policía preventiva le abrían cancha pasándose los altos y casi ocasionando accidentes.
Sus propiedades estaban resguardadas por elementos de la policía estatal. La casa donde vivía y sigue ahí tenía vigilancia las 24 horas en ese tiempo igual que sus otras propiedades, en su rancho La Campana que se ubica en la carretera de Norias a La Luz había seis patrullas de la policía estatal, un promedio de veinte elementos cuidando una propiedad privada, y evidentemente faltaba vigilancia a la ciudadanía.
Las torturas fueron efectuadas por personal de la entonces Procuraduría de Justicia del Estado y ordenadas directamente, según los testimonios de muchas personas, por un negro personaje llamado Felipe de Jesús Muñoz Vázquez.
Si observan sus fotografías tiene aspecto vampiresco: mirada fría, inflexible. Lo enfrenté un par de ocasiones. Además de las torturas más de 200 familias en Aguascalientes fueron perjudicadas en su patrimonio: todos los vehículos de procedencia extranjera, entiéndase «americanos», que caían en la Procuraduría por cualquier motivo, ya fuera un accidente vial y en caso de que hubiese lesionados peor.
Recuerdo un caso en particular en donde a un hombre que sorprendió a un jovencito robándole el estéreo, detuvo y le llamó a la policía preventiva para entregarlo, estos a su vez lo hicieron con la ministerial y le salió más caro el caldo que los frijoles, ya que se llevaron el vehículo y jamás lo pudo recuperar.
Cuando discutí con este negro personaje, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, decía que su superior era la entonces PGR (Procuraduría General de la República), por eso tenía que poner a disposición vehículos de procedencia extranjera que cayeran en actos de Procuraduría de Justicia.
Acudía a hablar con el delgado de ese entonces, Rafael Rojas, y me decía: «Ya le pedí al procurador que no me envíe más vehículos, tengo mi corralón lleno y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no me los quiere recibir y no sé qué hacer con ellos». Reconoció que perjudicaba al ciudadano común.
Si retomo el tema de la tortura en Aguascalientes, como ya he explicado en otras ocasiones, para resolver todos los delitos que se presentaban y acrecentar la estadística en la Procuraduría de Justicia, era una fábrica de delincuentes donde los chivos expiatorios eran personas que estaban en el momento y lugar equivocado. Les achacaban cualquier delito de alto impacto siendo inocentes, o delitos que los «muchachos» del entonces procurador cometían y mucha gente que fue torturada también dice que entraban a sus casas les robaban lo que tenían o les pedían extorsión pidiéndoles escrituras, facturas de vehículos, cuentas bancarias, etcétera para dejarlos sin culpa alguna. A eso se dedicaba, aparte de torturar, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez.
Era la forma en que operaba para beneficiarse en lo personal, y con mangas libres del entonces gobernador, que ya no quiero mencionar, y otros dos poderes. En el caso del Poder Judicial sometió a jueces y magistrados locales, amenazó a magistrados federales por dejar en libertad a personas inocentes.
Si no lo creen chequen el caso de Herminio Huerta Díaz y Oscar Mauricio Maycott, así fue el imperio de terror que Muñoz Vázquez promovió con complacencia del entonces gobernador, diputados locales y funcionarios de alto nivel como el jefe de gabinete y el secretario general de gobierno, por mencionar solo algunos.
En la nueva administración, que está por cumplir tres años, siguen trabajando la mayoría de personas que ayudaron a torturar al pueblo: más de 20 laboran en la actual Fiscalía del Estado.
Uno de ellos era Defensor de Oficio y ayudó en esta trama, hoy es flamante vicefiscal. Asimismo en Gobierno del Estado el director de Atención a Víctimas del Delito, es otro de los que están premiados y recibiendo sueldo del erario público. Desgraciadamente así funciona el sistema.
Les pido que compartan y apoyan a la gente que está en desgracia. Hay muchas personas inocentes detenidas en los tres Ceresos locales: femenil y dos varoniles, así como en algunos Ceferesos en otras localidades.
Insisto que cualquier cosa que me llegue a pasar, responsabilizo al anterior gobernador y al torturador de marras, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez.
La lucha continúa hasta alcanzar la justicia y hasta no ver en libertad a los presos políticos y todas las personas inocentes.
