El 19 de enero de 2004, a filo 9:30 mañana, en la calle Canario del fraccionamiento La Estancia tenía ubicadas las oficinas de la Unión Campesina Democrática (UCD), al salir de las mismas se me presentaron tres agentes de la extinga PGR, con una orden de aprehensión; la séptima desde 1999 a 2004 y con 13 procesos penales federales.
Me trasladaron a las nuevas instalaciones la extinga PGR, ubicadas en la salida a México, frente a la planta Nissan 1 y después de un chequeo médico me llevaron al penal Aguascalientes, en donde se me notificó que tenía una sentencia de año y medio de pena corporal por el juzgado segundo de distrito con sede en Aguascalientes.
¿El delito?, resistencia de particulares, quedándome pendiente otro proceso abierto de los 13 ya mencionados. La sentencia de año y medio fue elaborada con dolo por parte del juez segundo de distrito y por su secretario de acuerdos, previo dictamen me notificó recluirme voluntariamente al haber sido detenido con anterioridad y contar con antecedentes penales no se me benefició con pernoctar la sentencia año y medio por una cuestión económica alcanzado los seis mil 500 pesos.
Respondí el secretario que no tenía antecedentes, todos los procesos los había resuelto vía amparo y me dijo que no había tal proceso, por lo que le llevé copia simple de la sentencia de amparo de ese mismo proceso y no la aceptó como prueba. Firmé esa sentencia.
Previo a la detención en las oficinas de los juzgados distrito ubicadas Avenida Aguascalientes, me encontré a dos agentes federales y uno de ellos solicitaba esperara porque su compañero había ido por la orden de aprehensión, y le dije: «Bueno, cuando traiga la orden me aprehendes, por lo pronto, nos vemos». Esto sucedió 22 día antes de ese 19 de enero.
Me presentaron al penal y al día siguiente tuve, a las 8 de la noche, conferencia de prensa multitudinaria en medios comunicación, incluyendo corresponsales de medios nacionales.
La represión había sido en el sexenio de Felipe González e iniciaba el de Luis Armando Reynoso Femat.
Fue una jugada preparada para crear este tipo de atmósfera en la nueva administración llegándose a hacer plantones en el poder judicial, cerrando los espacios e impidiendo la labor de todas las personas que laboraban en los juzgados.
Tuve una solidaridad impresionante de compañeros, también me dieron facilidades por ser preso político: estar solo en una celda, no permitirme convivir con población de reos, no entrar a cuadro y estar con visitas sin revisión y constantes, incluyendo en diferentes horarios, con compañeros de la UCD que venían de otros estados; así como mis abogados.
De año y medio de sentencia solo estuve recluido en prisión 33 días gracias a la presión y agradezco a Luis Armando Reynoso la declaración pública, que vi por televisión ya que permitían tener en la celda una pequeña televisión; y el ex gobernador declaró que «esos de la PGR ya me tienen harto, Felipe Hinojo es mi amigo», así que a los 33 días mi abogado tramitó algunas negociaciones en beneficio de pre liberación y logré la libertad
De esta manera, siempre ha habido personas en Aguascalientes dentro del gobierno que han intentado reprimir movimientos sociales.
El actual proceso que sigo contra Carlos Lozano de la Torre y Felipe de Jesús Muñoz Vázquez por el sexenio de terror que fraguaron contra la población vulnerable en Aguascalientes y abuso de poder por la locura que ambos presentan.
La población fue reprimida y no fui la excepción, sigo temiendo un hermano preso en el penal Aguascalientes por las violaciones al debido control de proceso. El sistema judicial no quiere resolver, está demostrado con el ministro de la Suprema Corte que no quiere dar la cara en este gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y es Eduardo Medina Mora, que fue quien cubrió y solapó a Felipe Muñoz en todo lo que ha querido.
Ahora ya no tiene protección y estamos exigiendo la ubicación e investigación completa ya que fue «renunciado» hace meses de la Fiscalía General de la República por las múltimpes actividades ilegales como la Estafa Maestra, el caso Ayotzinapa y sobre todo, los 500 torturados, cuando fue procurador de justicia, queremos su ubicación y detención inmediata por los grave de sus crímenes.