El sacerdote Óscar Benevidez Dávila fue sentenciado a pasar ocho años en prisión por opinar en redes sociales. Perseguido por la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua, quien fue detenido desde 2022 y llevado a una cárcel donde se ejerce la tortura por el simple hecho de haber opinado en una publicación de redes sociales.
Se le inició un juicio por los delitos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional» y «propagación de noticias falsas» de los que la jueza Nancy Aguirre del juzgado décimo del distrito penal de juicio de Managua, encontró culpable al sacerdote, quien estuvo al frente de la parroquia del Espíritu Santo en la localidad de Malokukú, en la diócesis de Siuna.
Ya son nueve sacerdotes que la dictaruda nicaragüense acusa del delito de «conspiración» por hacer su trabajo de dar a conocer le Evangelio y difundir el catolicismo, algo que no le conviene al gobierno de Daniel Ortega.
Entre los sacerdotes que enfrentan procesos se encuentra el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, a quien comenzaron a fincarle delitos el pasado 10 de enero.
En estos momentos hablar desde el púlpito es delito en el país centroamericano, pero más, opinar en redes sociales, con eso queda claro que la libertad en una dictadura se va perdiendo poco a poco hasta llegar a extremo de torturar y encarcelar a quienes alzan la voz y les son incómodos a su régimen.
